11/1/14

Los gorriones y el "reflejo condicional"


Los gorriones de los alrededores no han tardado en aprender que en mi balcón a menudo encuentran comida en abundancia. Les suelo dejar un platito para macetas con una mezcla de semillas y migas de pan y de magdalena. Pero no siempre acuden puntuales a la invitación, unas veces tardan menos de dos minutos y otras veces más de dos horas ¿Por qué? ¿De qué depende? ¿De la hora del día o del frío que haga? Pues parece que ni de una cosa ni de otra. La respuesta tiene que ver con el "reflejo condicional" que descubrió Pávlov. Los perros que utilizó Iván Pávlov para sus experimentos sobre el aparato digestivo aprendieron a relacionar un nuevo estímulo, el sonido de una campana, con la presencia de comida. Yo no hago sonar una campana cuando les preparo el comedero, pero, si hace buen tiempo, saco la jaula con mis diamantes mandarines. Creo que eso es lo que han aprendido los gorriones: "cuando los diamantes cantan, la mesa está servida".



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